El escritor colombiano Álvaro Mutis ha fallecido este domingo a los 90 años de edad en México, país en el que residía desde los años cincuenta. Nacido en Bogotá en 1923, ha legado a la literatura en lengua española la emblemática figura de Maqroll, protagonista e inspiración de muchos de sus poemas y novelas, reunidos en Summa de Maqroll el Gaviero: Poesía 1948-1997 y Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero. Su obra fue reconocida con los galardones más importantes de la cultura hispana como, entre otros, los premios Príncipe de Asturias (1997), Reina Sofía de Poesía (1997) y Cervantes (2001), el más prestigioso de las letras del idioma.
Residente por vocación
Durante su primera lectura en la Residencia de Estudiantes en 1990, Álvaro Mutis recordaba que, siendo estudiante en Bogotá, un maestro exiliado, Luis de Zulueta, le contaba cómo era la vida en la Residencia de Estudiantes. Tras aquella primera visita, «decidí ser residente, y seguiré siendo residente el resto de mi vida: no concibo estar en Madrid si no es aquí».
Desde entonces, Mutis acudió a la Residencia para realizar lecturas de sus poemas en los años 1991, 1992 y 1997, algunas de las cuales fueron recogidas en el audiolibro La voz de Álvaro Mutis. Su última participación en las actividades de la Residencia fue en 2007, con motivo de la presentación de Pablo Neruda. Álbum, editado por Publicaciones de la Residencia de Estudiantes.
El portal Edad de Plata recuerda al autor colombiano reproduciendo a continuación la presentación y lectura de uno de los poemas que recitó en aquella primera lectura que realizó en la Residencia de Estudiantes en la tarde del 24 de abril de 1990:
Que te acoja la muerte
con todos sus sueños intactos.
Al retorno de una furiosa adolescencia,
al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron,
te distinguirá la muerte con su primer aviso.
Te abrirá los ojos a sus grandes aguas,
te iniciará en tu constante brisa de otro mundo.
La muerte se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha.
(recogido en La voz de Álvaro Mutis, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2001).